Debo agradecer por cada una de esas amables palabras y reconocimientos tanto a mi labor profesional como médico como a mis facetas personales. Como todos sabemos, ningún éxito es puramente individual. Somos, en realidad, un tapiz intrincado de emociones, experiencias y personas que han dejado su huella en nosotros, de una forma u otra. Otros probablemente puedan tener la capacidad de verlo como una tapicería repletas de emociones, experiencias y relaciones. Y sin duda alguna, debemos considerar que siempre hay quienes ven un lienzo descuidado y abandonado en cualquier rincón. Como dicen mis hijos hablando espanglish "está roto" refiriéndose a alguien no a algo. Ojalá que nadie en nuestro entorno este roto y mucho menos "rompido". Yo hablo el inglés peor que ellos el español.
Hoy, muchos estamos separados por décadas y kilómetros, con vidas y familias que hemos construido en diferentes horizontes, resulta inevitable recordar los días en los que nuestras vidas estaban intrincadamente entrelazadas. Aquella época de formación, descubrimientos y decisiones fue un capítulo vital para todos, y la presencia e influencia de algunos se sintieron con una intensidad que eclipsó a muchos otros aspectos de nuestras vida en aquel entonces.
Asi es. Resumiendo. No caminamos solos en este mundo; cada éxito y cada lección son frutos de un entramado de conexiones humanas que nos moldean y nos influyen. En cada etapa, encontramos personas que, consciente o inconscientemente, dejan una huella imborrable en nuestro ser.
En cada paso que he dado, cada paciente que he atendido, cada sonrisa que he compartido con mi familia, hay ecos de aquellos años; de los momentos felices que vivimos, de los retos que enfrentamos, y sí, también de los momentos dolorosos que, con el tiempo, se convierten en nuestros más fieles maestros.
A pesar del tiempo y de las decisiones que nos llevaron por caminos separados, sigo viendo las bases de esos días antiguos como destellos que iluminan mis sueños y reflexiones. No son solo recuerdos, sino piezas constitutivas de quien soy hoy.
A ti, a nosotros, y a todos los que han vivido experiencias similares, les envío un mensaje de gratitud y reconocimiento. Es un testimonio de la resiliencia humana y de nuestra capacidad para crecer y encontrar gratitud incluso en las circunstancias más difíciles. Cada evento, cada decisión, incluso aquellas que parecían insuperables, son peldaños en la escalera de nuestra vida. Y por muy arduo que haya sido el trayecto, al llegar a cierta altura, no podemos más que agradecer por la vista que nos ofrece.
Es algo digno de repetir... y lo repetiré para que se nos grabe bien. Este es un testimonio de la resiliencia humana. Para aquellos que no recuerdan que significa. La resiliencia es el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras. Entonces decía, que este es un testimonio de la resiliencia humana y de nuestra capacidad para crecer y encontrar gratitud incluso en las circunstancias más difíciles. Y Cada evento, cada decisión, incluso aquellas que parecían insuperables, son peldaños en la escalera de nuestra vida. Y por muy arduo que haya sido el trayecto, al llegar a cierta altura, no podemos más que agradecer por la vista que nos ofrece.
Estos seres que recordaremos forman parte de nuestras alegrías, nuestras tristezas, y sí, también de nuestras lecciones. Son protagonistas anónimos que permanecen en nuestra memoria, encerrados en las partículas y moléculas de nuestro ser, en nuestros fotogramas, destellando en los sueños y reflexiones que nos asaltan en los momentos más inesperados.
Cada evento, cada decisión y cada interacción son peldaños en la escalera de nuestras vidas. Y aunque algunos peldaños puedan ser más difíciles de subir que otros, cada uno nos eleva, nos da una nueva perspectiva. Al mirar hacia atrás, desde la altura que nos ofrece la madurez y la experiencia, comprendemos que incluso los momentos más arduos ofrecen vistas impresionantes de aprendizaje y crecimiento.
A esos que se preocupan porque consideran que solo agradecemos tanto cuando nos estamos despidiendo o muriendo y se preguntan ¿Que pasó? Les digo en nombre de todos, lo que pasó es lo que debía haber pasado siempre y sentirme mejor por ello, es algo que debí sentir antes y continuamente. No es el final es el principio de algo si así lo preferimos y percibimos.
A todos aquellos que están atravesando etapas de cambio, de decisiones difíciles o de pérdidas aparentemente insuperables, les envío un mensaje de gratitud y reconocimiento. Cada circunstancia, incluso las más desafiantes, se convierten con el tiempo en nuestros más fieles maestros. Y al final del día, no podemos más que agradecer por las lecciones aprendidas, por las vistas adquiridas y por las conexiones que, de una forma u otra, nos han hecho quienes somos hoy.
Individualizo en cada uno de ustedes. Gracias por tu cariño, aprecio y felicitaciones. Te deseo todo lo mejor, en todos los aspectos de tu vida.
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